Enfermedades Infecciosas
Las enfermedades infecciosas son comunes en la práctica diaria de un centro de salud. El médico de familia juega un papel crucial en la identificación, tratamiento y seguimiento de estas condiciones, que pueden variar en gravedad. A continuación, se presenta un resumen de tres tipos principales de infecciones: infecciones del tracto urinario (ITU), infecciones de piel y tejidos blandos y enfermedades de transmisión sexual (ETS).
Infecciones del tracto urinario
Las infecciones del tracto urinario son infecciones bacterianas que afectan cualquier parte del sistema urinario, incluyendo la uretra, vejiga, uréteres y riñones.
Las ITU pueden clasificarse en infecciones del tracto urinario inferior (cistitis) y superior (pielonefritis). Los síntomas comunes incluyen ardor al orinar, aumento en la frecuencia y urgencia urinaria, dolor suprapúbico, y en casos más severos, fiebre, dolor en el flanco, y malestar general.
– Cistitis: Infección de la vejiga, caracterizada por disuria (dolor al orinar), frecuencia urinaria, y dolor suprapúbico.
– Pielonefritis: Infección del riñón que puede causar fiebre alta, dolor en el costado y síntomas urinarios. Es una condición más grave que puede requerir hospitalización.
– Uretritis: Infección de la uretra, a menudo causada por bacterias de transmisión sexual como Neisseria gonorrhoeae o Chlamydia trachomatis.
– Erradicar la infección para aliviar los síntomas y prevenir complicaciones.
– Prevenir la recurrencia de infecciones, especialmente en pacientes con ITU recurrentes.
– Evitar la progresión a infecciones más graves como la pielonefritis y el daño renal permanente.
Infecciones de piel y tejidos blandos
Las infecciones de piel y tejidos blandos incluyen una variedad de infecciones bacterianas que afectan la piel, el tejido subcutáneo, y los tejidos musculares
Estas infecciones varían desde simples infecciones superficiales, como la celulitis, hasta infecciones más graves como la fascitis necrotizante. Los síntomas pueden incluir enrojecimiento, calor, hinchazón, dolor, y, en casos severos, fiebre y malestar general.
– Celulitis: Infección bacteriana común que afecta la piel y el tejido subcutáneo, generalmente causada por Staphylococcus aureus o Streptococcus pyogenes. Se caracteriza por un área roja, caliente, hinchada y dolorosa.
– Abscesos cutáneos: Acumulación de pus en los tejidos debido a una infección, que puede requerir drenaje quirúrgico además de antibióticos.
– Fascitis necrotizante: Infección grave de los tejidos profundos que se propaga rápidamente y puede ser potencialmente mortal. Requiere tratamiento inmediato y agresivo con antibióticos intravenosos y desbridamiento quirúrgico
– Eliminar la infección para prevenir la propagación a otros tejidos o al torrente sanguíneo (septicemia).
– Reducir la inflamación y los síntomas locales.
– Prevenir complicaciones graves, como la propagación de la infección a los órganos internos o la necrosis tisular.
Enfermedades de transmisión sexual (ETS)
Las infecciones de transmisión sexual (ETS) son infecciones causadas por bacterias, virus o parásitos que se transmiten predominantemente a través del contacto sexual.
Las ETS pueden presentarse con una variedad de síntomas dependiendo del patógeno, que van desde secreciones anormales, úlceras genitales, hasta dolor pélvico. Algunas ETS pueden ser asintomáticas, lo que aumenta el riesgo de transmisión y complicaciones a largo plazo, como infertilidad o enfermedades inflamatorias pélvicas.
– Gonorrea: Causada por Neisseria gonorrhoeae, se manifiesta con secreción purulenta y disuria.
– Clamidia: Producida por Chlamydia trachomatis, es la ETS bacteriana más común y puede ser asintomática o presentar síntomas similares a la gonorrea.
– Sífilis: Causada por Treponema pallidum, presenta una úlcera indolora (chancro) en la fase primaria y puede progresar a complicaciones graves si no se trata.
– Virus del papiloma humano (VPH): Puede causar verrugas genitales y está asociado con cáncer cervical.
– Herpes genital: Infección viral recurrente caracterizada por úlceras dolorosas.
– Erradicar la infección y aliviar los síntomas.
– Prevenir la transmisión a otras personas.
– Evitar complicaciones a largo plazo como la infertilidad, el cáncer (en el caso del VPH), o las secuelas neurológicas (en el caso de la sífilis).
Importancia del Seguimiento en Medicina de Familia
El seguimiento en medicina de familia es esencial para:
– Asegurar la erradicación de la infección: Confirmar que el tratamiento ha sido efectivo y ajustar el manejo si es necesario.
– Prevención secundaria: Identificar y tratar a las parejas sexuales para prevenir la reinfección y la transmisión de ETS.
– Educación del paciente: Promover prácticas sexuales seguras y la importancia del cribado regular, especialmente en pacientes con factores de riesgo.
– Monitorear complicaciones: Detectar y manejar oportunamente cualquier complicación derivada de las infecciones, como la enfermedad inflamatoria pélvica o la septicemia.